Aquí está mi escrito sobre la aventura de ser maestro y no morir en el intento.
Una mirada hacia atrás y el futuro.
¿Reflexiones? No sólo me produjo pensar detenidamente en mi práctica docente sino un poco de nostalgia porque una vez que nos volvemos alertas, podemos establecer la diferencia entre los hechos que ocurrieron, el significado que podemos captar de ellos y el valor que les otorgamos según la relevancia que manifiesten en nuestras vidas y verdaderamente cuando fui novata –en la docencia- porque aún lo soy en muchas cosas, manifesté temor de que mis alumnos supieran más que yo , afortunadamente, ya no hay ese sentimiento y no porque sepa más que ellos, es porque como dice el maestro Esteve, ahora me he vuelto más libre.
Al igual que la mayoría de los profesores, no sólo de nuestro subsistema, también los de preescolar y universitarios yo también soy una profesionista habilitada como docente, carente en su momento, de las herramientas básicas que debía tener un educador normalista, pero con el compromiso de solventar dichas carencias a través de la asistencia a cursos de estrategias de enseñanza en forma personal u oficial, conferencias, asistencia a congresos, lectura de bibliografía referente a la docencia y sobre todo al intercambio de experiencias con profesores con un largo camino recorrido en la enseñanza, gracias a todos lo que me abrieron las puertas para guiarme en el camino y a lo que me pusieron piedras también, porque con mayor fuerza abracé esta profesión.
Sobre las dificultades que enumera el Mtro. Esteve, considero que la comunicación es la más amplia, porque tanto nuestras palabras como nuestra comunicación no verbal llevan mensajes, entonces debe resaltar aquí la congruencia entre el decir y el hacer, ¿Cómo disciplinar, si no soy disciplinada, como lograr la empatía con los chicos si no entiendo su lenguaje y no escucho sus problemas, en fin, las dificultades pueden terminar si soy congruente, me comunico, llegar a ser empática con mis chicos, promover la disciplina por respeto y no por miedo, sólo entonces me sentiré orgullosa de ser profesora... de humanidad.
Hasta pronto
Carmelita
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