martes, 13 de octubre de 2009

Mi confrontación con la docencia

¿Cómo percibo mi docencia?
Enseñar no es una función vital,
porque no tienen el fin en sí misma;
la función vital es aprender.
Aristóteles

Estimados compañeros y compañeras:
Explicar en algunas líneas cómo percibo mi práctica docente me lleva a la reflexión de la cotidianeidad en el aula, trato de aplicar lo planeado y me enfrento a la situación de que grupos diferentes tienen respuestas diferentes y viene la adaptación de la secuencia didáctica porque el trabajo docente tiene un trabajo previo a las actividades desarrolladas en el interior del aula, implica una labor de análisis del programa de estudios, número de alumnos en ser atendidos, aspectos físicos-ambientales en que se llevará a cabo el proceso de enseñanza-aprendizaje, planeación y diseño del módulo y/o asignatura en función de los puntos anteriores, la ejecución diaria del mismo y la evaluación no sólo diagnóstica sino continua y sumativa. Todo lo anterior con la finalidad de obtener resultados de aprendizaje.

¿Qué a veces no salen las cosas como las había planeado? Es cierto.
¿Qué a veces los chicos no responden a las estrategias planteadas? También es cierto. ¿Qué los alumnos y una servidora llevan las cargas emocionales de cada día? Por supuesto. Entonces, planeo, luego adapto, cambio y porqué no decirlo también improviso; con una finalidad específica, llevar adelante la clase; si la sesión fue mala, regular o excelente mis alumnos me la demandarán, ya sea a través de comentarios verbales o un reconocimiento cuando regresan a visitar la escuela después de algunos años.

Finalmente, considero que engloba mi percepción de la docencia una frase de Louise Hay: “Todos somos maestros y alumnos. Pregúntate: ¿qué vine a aprender aquí y qué vine a enseñar?”, particularmente, cada clase me deja algo que aprender y a lo largo de mi vida en las aulas lo que más reconozco en mis alumnos es su fuerza y pasión para abrazarse a un ideal, cabe aquí la formación en valores porque para los estudiantes –no todos- es fácil seguir patrones de moda y el papel que desempeño no es para cambiar sus creencias sino para ofrecerle un abanico de posibilidades para elegir y que le permitan formarse –integralmente- como dice la misión de mi plantel.
Hasta pronto
Carmelita

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